jueves, marzo 11, 2010



Me había llamado por teléfono y aunque habían sido las mismas noticias intrascendentes de siempre me quedé como si me hubieran golpeado en el estómago, sin aire y mareada.
Uno debe de hacer siempre lo que uno ama, me repito a mi misma todos los días. Y el día que no ames lo que haces mejor retírate a otra cosa.
Recuerdo que esto en algún momento era mi lugar seguro. Esa noche en que en la oscuridad contemplaba a esta criatura pálida de cabello oscuro besar al tipo que no había querido besar los anteriores 4 años hasta que le dije que a mi me gustaba.
Tenía el hueco también, como una sarandeada de cabello en un mercado o un sitio público, así me sentía. Y llegué a mi casa, me senté serenamente e hice un dibujo, era una mujer sentada a la orilla de un pozo mirando su reflejo con mucha tristeza. Cuando terminé el dibujo ya me sentía bien y podía seguir adelante.

2 comentarios:

susanitasaltacharcos dijo...

no tuve mas opción que tomarme un respiro y salir corriendo... no podía soportar tanta vileza en una sola persona destrozando un pastel hermoso con un estúpido dullado y llenándolo de flores de mal gusto... y donde quedó esa pasión? me preguntaba mientras buscaba una espátula para embarrar con todo el peso de la ley esa crema chantilly mal puesta y esos insultantes picos de chocolate que hacían un escupitajo en la cara el pastel más delicioso que pudo haber hecho esa mujer... pero no lo amaba... solo iba porque su marido quería un pastel... también me senté en el filo de la cama... me miré en el espejo y vi como mis ojos lloraban por un pastel perdido y se pisoteaba mi estética de un pecador pastel de tres leches perfumado de rompope y tiras de coco...me limpié las lágrimas y me sentí mejor no ser yo la que llevaba ese pastel a mi casa

ni_mini dijo...

uyy que triste... yo tengo muchas historias de pasteles. El símbolo y la estética pastelera representan y envuelven toda mi infancia hasta tal punto que en la prepa no soportaba comer pasteles como por 7 u 8 años. Mi mamá descubrió que era artista cuando decoraba pasteles, a veces pasaba 10 horas seguidas en un solo pastel para que la condenada tradición de la mordida acabara con su pequeña obra de arte.
Yo no se cocinar, practicamente nada, sin embargo, los pasteles me salen geniales.