viernes, enero 22, 2010

Te he contado que ya no la considero mi amiga y me dices que soy dura como galleta vieja. "Dime algo que no sepa" te digo. No me conmueve que me critiques, ni me oprime escuchar cosas negativas acerca de mi misma, mi dureza viene desde adentro y soy así conmigo y con todo el mundo. Di lo que quieras, pero un amigo recuerda tu cumpleaños y sabe que estar en el hospital da miedo y que en cualquier experiencia traumática es difícil sobreponerse, un amigo contestaría a alguna de tus miles de cartas, aunque solo le cueste cinco minutos. Tú dices que tú nunca escribes, y que no tienes ni idea de las enfermedades, operaciones o preocupaciones que pueda tener alguno de tus supuestos amigos. "Entonces, talvez no eres tan buena amiga" te digo. Y te recuerdo que te has sentido profundamente triste, porque dices que ya no perteneces a tus viejos círculos y que la vida de la gente que te conocía ha seguido adelante sin ti, por sobre de ti.
También es estúpido vivir en el pasado y concluyo que talvez mi estricto concepto de amistad no exista, siendo la realidad de éste un absoluto estado de presente. Como la señora Natalia de abajo y yo. Ella me abre temprano para que no me enfríe rompiendo sus reglas, yo me doy cuenta que esta triste y le pregunto por su día... me pregunto si traerle equinacea será transpasar límites necesarios.
Talvez simplemente esa sea la única verdad acerca de la amistad.

No hay comentarios.: