martes, octubre 27, 2009

Me gustaba esta tirada porque me distraía del mundo.
A veces cuando quiero expresar algo una especie de fuerza se apodera de mi cuerpo y aún cuando el resultado no es siempre satisfactorio para mi o para nadie recibo esta especie de satisfacción por el simple hecho de hacerlo.

Hoy pensaba en lo amplio y libre que se ve el mundo desde esa perspectiva, pero mi pensamiento de repente se me nubló recordando que a veces en el mundo real, la mayoría de las veces me siento triste y preocupada. No hay nada más inútil que preocuparse, talvez la tristeza es simplemente una especie de resignación.

Recuerdo del exámen de admisión a la Esmeralda dos preguntas que me han perseguido desde entonces, no se si por su trascendencia o simplemente porque han aparecido y reaparecido constantemente desde entonces.
¿De qué forma se relaciona arte y ciencia?
¿Cuál crees que es el principal problema de México?.
En su momento estas dos cuestiones me llenaron de rabia, sobre todo porque había invertido todo ese año machetéandole a los libros de historia del arte para que al final se convirtiera el exámen en una prueba ante la cual estaba desarmada, una prueba ante la cual uno no puede prepararse conscientemente. Sin embargo a lo largo de los años que mi ira se ha ido extinguiendo hasta tornarse en gratitud, estas dos preguntas se han convertido no sé si en frases amigas o unas simples conocidas como esos amigos que de repente te sorprenden en visitas inesperadas.
De repente son temporadas, en las que una pregunta esta más presente que otra, ahora mismo tengo más presente la segunda pregunta. En ese entonces ni siquiera había tenido la necesidad de tomarme una pausa para realmente reflexionar la respuesta y aunque me hubiera gustado responder "todo" porque siempre he pensado que el sistema en si esta chueco, respondi que "la corrupción" como hubiera respondido el 80% de los ciudadanos de ese entonces (creo). Mi conclusión actual tiene más que ver con un ejercicio reciente. Agarrar un artefacto de la sociedad y criticarlo. Por criticar la mayoría ha entendido a atacar y se ha visto que la mayoría de los artefactos causaban una especie de repudio en la gente que los escogía, por facilidad a escupir cosas negativas respecto a este objeto. No, criticar es comprender, así que uno no puede solo limitarse a esa opinión propia totalmente parcial y condicionada.
Esto me ha hecho pensar mucho en México, pues una parte del ejercicio se trata de analizar a la sociedad que pide y que acepta este artefacto. Pienso efectivamente en la corrupción y a diferencia de hace unos años, en lugar de pensar en los políticos, pienso en nosotros, en la gente normal que solo contempla. ¿Porqué necesitamos y aceptamos esta corrupción?, esta violencia. Ambas cosas son afirmaciones de nuestra propia sociedad, de la legitimación del poder de un estado, los valores que acepta y las cosas que rechaza, lo que considera valioso.
Reflexiono acerca de mi propia actitud. Me quedo seca de soluciones, ni para mi tristeza ni para México. Este post de hecho es totalmente inútil porque es un pensamiento inconcluso, ¿de qué sirve una crítica si no lleva conclusiones?. Son solo palabras al viento.

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