viernes, octubre 23, 2009




imagen: Mike Orduña


Estoy sentada frente al tablón de madera con las manos cerradas negándose a cooperar. Meterse miles de cosas en la cabeza hasta que por inercia fluyan como canciones de nuevos instrumentos musicales.
Recuerdo cuando hacía cosas por el mero hecho de ser un divertimento, extraño esa expresión ligera y lúdica.
Ahora todo parece tan serio, justificando cada forma, cada ángulo, cada color y cada pincelada.
El lenguaje esta lleno de formas fáciles, no quiero caer en el morbo, pero es difícil hablar de cosas cuando hay tantos posibles vicios.
Divertirse y disfrutar, debería tatuarme eso en alguna parte del cuerpo.

D. afirma que uno debe de ser super serio, meterse en el personaje, presentar con calidad y pompa. A mi me da miedo su doctrina porque tiende a forjar mucha charlatanería y este medio esta lleno de charlatanes y egos redondos e inflamados, tenemos una tendencia increible a hacer que todo el sistema solar gire alrededor de nosotros. No quiero caer en eso, sin embargo ¿cómo se puede narrar una historia si no es através de uno mismo?, si uno comprende el mundo por lo que toca, lo que percibe y lo que piensa, talvez el reto es poder encontrarse en la cabeza de alguien más y contrastar estas sesibilidades. Con mucho respeto y con delicadeza de cirujano.

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