viernes, diciembre 29, 2017

Era uno de esos sueños en los que estaba segura que Julia vivía y se paseaba con su cola esponjosa entre mis piernas. Comenzaba a contar con los dedos los años que llevo fuera de casa y de repente resultaba que Julia tenía 16 años. Cuando me desperté me di cuenta que el gato reinante no es Julia, sino Pepita y que este año en efecto cumplió 16 años desde que me la regalaron cuando cumplí 17. Puedo contar mi vida en gatos, esas pequeñas criaturas que son como banderillas acolchadas y que a pesar de no tener nada que hacer siempre van por ahi como si tuvieran prisa.

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