miércoles, mayo 08, 2013

Cuando comenzaba a trotar un poco más fuerte, en las rodillas se producía una especie de pinchazo como 4 agujas incidiendo sobre el mismo punto. Lo dejé por un par de semanas, siempre teniendo la sensación de la mirada insistente del wey del autobús. Así como que no estas desquitando la alta mensualidad del gimnasio más fresa de barcelona y sí, en efecto el dobles de la cintura de mis leggins me recordaba esta afirmación.
Yo lo califico como un extraño fenómeno que ocurre algunas veces en la vida, como cuando era pequeña y no sé sí dije o me dijeron que tenía que ser artista plástica, y me lo dije tantas veces y tantísimos años que cuando finalmente lo fui, sentí una confusión terrible; nunca me había planteado la vida después de realizar mi meta más vieja. La situación de la cinta no era muy comparable pues había decidido realizar la carrera justo el día de mi último cumpleaños estando un poquito borracha, pero desde que se había terminado la carrera, la imagen de mi deteniéndome a los 5 había dejado de torturarme/motivarme... Me dije que era algo así como cuando decidí quitarle protagonismo a los sabores dulces, sólo repítete varias veces al día eso que quieres hasta que te lo creas.

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