sábado, junio 09, 2012


El día del aeropuerto mientras ella tan elegante se alegraba de regresar a casa a mi simplemente me pesaba la idea de una ciudad totalmente desconocida, mi única cara amiga siemplemente pertenecía a otro sitio.
Me juré no amar a nadie, y así como aceptaba que a mi abuelito no le gustaba que lo tocaran o que a Diego no le gusta que lo avasalles con demasiadas personas nuevas a la vez, esta ciudad en la que iba a vivir muchísimos años, es una ciudad de paso. Me inquietaba una sensación, como si todo se desplazara rapidamente excepto tú, ahi, en el centro del tornado, totalmente inamovible.


No hay comentarios.: