domingo, diciembre 05, 2010


Alguna vez en mis juventudes me preguntaba si era que ellos estuvieran como señalados por un dedo mágico que les infringiera su mala suerte. Alguna vez pasó un señor y le dijo que a era como el santo Job, siempre siendo probado por el cruel Señor y él siempre pasiente, siempre con una sonrisa. En ese momento tenía dos preguntas. Porqué el Señor se regodearía tanto haciendo sufrir a la persona que más le amaba y porqué mi papá sería comparado con esta persona tan castigada.
Llegué a la conclusión de que si existiese un dios este sería de signo escorpión cuya sed de venganza e ira me recordaban a f y que mi papá debía estar tocado por una estrella muy muy mala pues desde que le conocía e incluso antes de eso su vida había estado teñida de tragedia.

El primer año de la carrera en pintura I, entregué mi trabajo en 5 telas sin montar, hechas rollito. Las pegué en la pared y esperé que el profesor más mamón del departamento me dijera mi veredicto.
Esta muy bien tu trabajo, podría ser una matrícula de honor, sin embargo hoy vas a aprender algo. Me has traído tu trabajo mal cortado y sin montar, así que podías haber obtenido la matrícula de honor, pero no lo harás porque has sido floja y has sido tacaña con tu trabajo y después de que te califique vas a meter a estas pinturas que me gustan tanto dentro del armario. Así que no te la voy a poner para que recuerdes este día y nunca escatimes en algo que amas o que te gusta tanto.
Y en efecto, metí las telas en el armario, y en efecto, hasta la fecha recuerdo ese día.

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