viernes, septiembre 10, 2010


el hombre extraño había venido con aquel caracter impredescible y extrañamente invasivo para saber exactamente ¿porqué seguiría este personaje diminuto en la oficinita acristalada?. Inesperadamente ese día había habido una insistencia especial acerca del porqué del trabajo. Verte un año es una cosa, verte dos infunde intriga. " ¿Esto ya te gustó no?" colocando su cara mas increpante y expandiendo su pavorrealismo sobre la mañana que había sido tan deliciosamente silente. Igualmente había estado preguntandose con Rosa, si el ser lavaplatos era un trabajo suficientemente coherente para alguien que se había pasado los últimos 8 años estudiando carreras y especialidades. No sabe la dirección de esa pregunta, la serie de preguntas que van ocultas pero certeras como en un bosque y de cacería. Intenta proteger todo lo protegible, porque entre otras cosas casualmente aquel día había planteado una imaginaria lista de posibles colaboradores en las que había decidido firmemente rechazar cualquier oferta de trabajo de aquel hombre especialmente por el día en el que entró gritando y furioso "¡viva España, viva España!". Es ese tipo de hombres, el duendecillo irlandés, pues, que no teme encontrarse con nada, siempre tendrá algún comentario ácido o una pregunta extraña con que incomodarte. "Eres diseñadora ¿no?", encuentra la diana de su flecha casual pero rapidamente. "No, soy artista".

No hay comentarios.: