viernes, octubre 09, 2009



Han asaltado a mi papá ya unas cuantas veces, tantas que se sabe el procedimiento de memoria. Dice, “no te resistas, tírate al suelo, obedece y di claro que piensas obedecer.”

Recuerdo que una vez cuando era chiquita, regresó a casa con la camisa hecha tiritas y algo golpeado. Nos dijo que los que lo habían asaltado querían cortarle el dedo para quitarle su anillo de bodas, si supieran que el dedo se le pone verde de lo barato que es ese anillo, de todas formas no les habría importado, por suerte el anillo salió volando y pudo salvarse (por aquello del enorme valor simbólico).

Respecto a esta experiencia que vivimos ahora, siento en mi papá la misma actitud que con los asaltos, no luches, no te resistas, sé agradecido que sigues con vida y que solo te han quitado bienes materiales. Tiene mucha verdad lo que dice, porque tener a tu familia completa seguro que no tiene precio y andar buscándole tres pies al gato en pro de la patria es una cosa hay que pensarse mucho. Solo que a veces y creo que es un sentimiento general, uno se cansa de conformarse con soñar con lo que las cosas podrían ser, se cansa de resistir cada vez más violencia, cada vez más avaricia.

No hay comentarios.: