sábado, septiembre 19, 2009

Imagen: Jenny Saville



Soy solo un barco, que desesperadamente lo único que busca es su propia estabilidad.

Después del rudo periodo Macotela, se me quedó una idea muy negativa respecto al arte, se me quedó una advertencia, "piénsate bien las cosas porque aqui hay cositas con las que debes tener cuidado" y después decidi ser historiadora del arte, porque no hay nada rasposo en los libros, que no sean nuevas buenas y malas ideas, los libros estan llenos de mentiras, es cierto, pero sin todo el maquillaje visual es más fácil separarlas de ti mismo o al menos pretender hacerlo.
Mi primer año en Bellas artes fue 100% conceptual. teníamos clases donde el profesor de ponía con su cara más seria y nos lanzaba comentarios ambiguos como "piensa en arte" o simplemente dejaba las cosas así "..." para que nosotros completáramos y despertáramos ese artista conceptual que hay dentro de nosotros.
Yo estaba abierta, porque había olvidado a Macotela y traía todavía el entumecimiento de los libros de historia.
Teníamos que hacer un proyecto, un cuaderno de artista y una videoinstalación. En ese entonces a mi me interesaba hablar de las cosas efímeras, de la distancia y de lo humano, porque Luis estaba lejos y mi amor me hacía sufrir.

Un día elaboré un jardín de plaquene iluminado por una lámpara al fondo, era un jardín que nunca iba a marchitarse, un jardín que siempre brillaba y que no necesitaba de un enorme campo, se podía llevar a todas partes.
También había hecho una botella de cristal con cartas de amor grabadas en ella, amor y tristeza, todo mi trabajo hablaba de agua y lluvia, hice un video con gotas de colores simplemente callendo como lágrimas, ésto lo proyecté sobre una flor de papel maché.

Al final, no recibí ninguna crítica o comentario o lo que fuera sobre mi trabajo, al final descubrí que si había palabras para definir un libro de artista y al final también descubri que aquel que me calificaba no era escultor, ni sabía hacer video, era pintor y hacía cuadros de teclitas de piano e instrumentos, copias literales y que no abordaban ningún tipo de teoría del color. Aquel hombre hacía un doctorado y había reprobado el doctorado, los maestros de taller de escultura lo odiaban porque no era escultor, impartía las clases y siempre mandaba a los alumnos a los talleres equivocados.
Aprendi que el arte conceptual a veces (no me gusta generalizar) funciona para enmascarar la ignorancia, que a veces es una gran mentira y que menos de la mitad de la gente que lo mira lo entiende, pero por todas las cosas terribles que tiene nuestra sociedad, se colocan enfrente con la mano en la barbilla diciendo:
"o si, muy interesante"... Y no es nada, realmente ni les llega ni les expresa nada.

Hace unos años también, había hecho unas instalaciones con unos muñecos y un juego de sombras, deseaba hablar de la mujer mexicana y como somos nosotras mismas las que nos crucificamos más allá de la sociedad.

Al final del año llega el profesor y me dice:
"No has hecho ningún trabajo, no sé que hacer contigo"
Al final, había perdido mi trabajo y no le cabía la cara de la verguenza.
Creo que para un profesor de arte conceptual es más fácil hacerse wey de su compromiso como profesor... es tan fácil que la decidia y el desinterés tomen parte de esto.
Ahora la gente no entiende mi desencanto, es frustrante tener que explicar, una y otra, y otra, y otra vez.

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