jueves, septiembre 10, 2009


El morenito-chaparro-de-la-raqueta me gustaba muchísimo desde sexto de primaria, me llamaba la atención su buen saque, siempre he sentido cierta fascinación por la soltura motriz. Cómo se mueve la gente, cómo agita el aire a su alrededor.
Usaba ropa ligera y blanca, saltaba bien. Lo veía las tardes antes de mi clase de tenis.
Tres años mas tarde era el único novio que he tenido antes que L, soñaba con vivir en Australia y nadar con los delfines.
Antes de él no sabía que se puede querer con mucha desesperación, después de él aprendi que por más desesperación que tenga el amor de uno, es imposible retener a la gente con esa fuerza destructura, mientras mas aprietas mas ahogas.
Me dejó y lo dejé un par de veces, al final le gustaba la niñita de la cinturita, la que sabía hacer bien el split en clase de gimnasia. Con él conocí los celos y la rabia.
Hace un par de años me escribió de vuelta, con una cartita que decía algo así de " siento haberte hecho todo lo que te hice, pero quiero que sepas que cualquier daño que pueda haberte hecho, lo he pagado con creces y lo he recibido de vuelta, espero que me perdones".

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