lunes, julio 20, 2009


El hombre era una casa, redondeado y suave todo por dentro, sus habitaciones eran acolchonadas y de vez en cuando surgía otro cuarto u otra cama por ahi, el hombre era muy cómodo. Nosotros vivíamos dentro de él, era nuestra casa nueva y nos permitía vivir ahi a cambio de que le ayudaramos a la viejita que vivía en el piso de abajo, tenía una mercería que daba a la calle.
Estaba nerviosa porque hace tanto que no hago un trabajo fijo que me asusta que no pueda mantener el ritmo.

No hay comentarios.: