domingo, junio 14, 2009

mi cuarto en México esta pintado de verde limón e intenso azul cobalto, hay estrellas pegadas en todas partes y dibujos que solo se revelan cuando hay oscuridad. Lámparas japonesas e invasoras pilas y pilas de libros.
mi cuarto de España esta vacío, solo un collage de fotos que me regalaron y una máscara que yo misma regalé, no hay clavos, me cansé de colgar posters y supuesta identidad.
Cada vez que regreso a México me siento como una invasora en ese lugar sagrado, porque todas esas paredes las habrá pintado alguna otra yo, esa otra yo que encontraba esa barroca superposición de elementos hermosa.
Aquel año que Javi nos corrió de la casa, mientras esperaba con todas mis cosas dispersas en el exterior de la casa de M.J. sabía que esa experiencia se llevaría alguno de esos grandes fragmentos de uno mismo, lloré tanto esa noche que después de las primeras dos horas hasta me permití hacer sonidos, desesperada de tanto llorar.
Cada experiencia dura te despoja de una ligera capa de entuciasmo, a veces hay una experiencia dura por año, a veces son tantas que de repente te encuentras desnudo, con tu miedo y tu dureza.
Ese año regresé como planta marchita, ridícula me sentí en aquella selva exuberante de verdes, azules y estrellas. Estoy bien lastimada le dije a mi vecino, que me respondió con su media sonrisa de aliento, como sonríe la gente vieja. Esque ya nos estamos haciendo adultos.

1 comentario:

PPPM dijo...

hola!.. en qué parte de España estás?.. yo ando por acá tmb!