es una historia que nunca comprendi, era novia de Julian a los 13 que según ella era un galancillo de 18, yo en ese entonces tendría unos 12 años y tenía mi primer noviecito de primaria, Beto. En ese entonces la idea de novio era muy ingenua, y es que mi popular galan estaba obligado a aguantar y a su vez sociabilizar con mis extraños amigos, ninguna conotación sexual o de ningún tipo fuera de eso. Alguna vez entre familia me preguntaron por él, no sé, Beto es bueno, es guapo y es popular. Ella me llevó al cuarto de arriba y se soltó en un gran cuento acerca del dichoso Julián y lo peligroso de tener un novio de 18, porque los hombres de 18 quieren otras cosas, no se trata de aguantar a tus amigos raros o de florecitas en san Valentín, ellos quieren... ellos quieren... y hablaba de la nalgadita y no se que cosas, así lo dejó y yo me preguntaba qué cosas serían tan peligrosas pues la obsesiva fijación por tocar su trasero me parecía mas bien extraña que peligrosa.