domingo, junio 22, 2008

En las mañanas se levantaba con una hora de anticipación y se dedicaba ese tiempo de sobra a efectuar tontería y media en nuestras espaldas, entre su repertorio se encontraba la carne de gallina, diversos masajes en forma de narraciones culinarias y una gran variedad de formas de rascar la espalda.
Aún cuando ya no estabamos en edad, para despertarnos Diego me pedía que le rascara la espalda.
-Ráscamela tú.

Hay diferentes tipos de uñas, puedes saber cositas por medio de las uñas. Las de mi mamá con el tiempo se fueron haciendo más y más filosas, a veces ya no era agradable que rascara porque dolía, le noté el tiempo por medio de sus uñas. Desde que N dejó de comer, se le afilaron de una forma bien extraña las uñas, como si fueran pequeñas navajas de papel, a las uñas delgadas les faltan muchos nutrientes.
Luis tiene las uñas mas deliciosas de todas, tiene una lima con dibujitos de fresas, y cada vez que se las corta, las achata y las suaviza con total preciosismo, cada vez que puedo recuerdo mi infancia y esas formas tan increibles de despertar...
-Ráscame...

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