domingo, junio 11, 2006

Desiderio manejaba el automóvil cuando reconoció en el retorvisor el viejo corsar blanco de Cástulo Perpetuo pegado a la defensa del suyo. Fue talvez la expresión de Constancia la que lo hizo alarmarse e intentar perderlo, pasando las próximas 2 horas efectuando maniobras imposibes para finalmente escapar.
Las siguientes semanas fueron especialmente difíciles para Constancia pus consciente de los celos y las oscuras intenciones de Cástulo Perpetuo se desvivía en ingeniosos intentos e inventos para mantener alejado a Cástulo de sus citas y de su novio nuevo, sin embargo, un día Cástulo Perpetuo previendo el intento del día, le colocó un sedante en la sopa y mientras dormía le desolló el rostro y se lo pegó al suyo. Cástulo Perpetuo y Constancia tenían complexiones tan similares que facilmente y con su rostro sobre el suyo parecía perfectamente ella, así que se vistió y esperó a Desiderio pasientemente, mientras se colocaba sus cuchillos de carnicero por debajo de la ropa.
Desiderio legó tiempo después y talvez era que Cástulo Perpetuo conocía tan bien a Constancia o que él mismo entendía partes de Constancia como propias que hizo que Desiderio no notara la diferencia. Salieron toda la tarde, comieron helados de Cacahuate y Mamey y caminaron agarraditos de la mano por el centro hablando de cualquier cosa. Al final de día Cástulo Perpetuo comenzaba a comprender porque Constancia había estado tan enamorada de Desiderio. Regresando a casa, Constancia seguía desmayada sobre el cereal de la mañana pero gracias a la leche fría el dolor se había anesteciado un poco y por la leche estaba cicatrizando bastante bien.
Cuando regresó Cástulo Perpetuo de su cita con Desiderio encontró a Constancia sobre el plato de cereal y entonces cobró consciencia d lo que había hecho, así, la tomó en sus brazos y vio que todavía seguía viva. Así la llevó a su cama y le llenó la cara de aloe mientras lloraba amargamente por estar sintiendo lo que sentía por Desiderio.

No hay comentarios.: