La tierra de las niñas perdidas, como cuando tienes un sueño del que no te acuerdas pero sabes que fue muy importante, a dónde van esos sueños? Al mismo lugar que las niñas. Niñas ponderosas y sabias, ignorantes de su verdadero poder porque no han sido amadas como necesitan y replican este primer enunciado donde quiera que van.
El mundo odia a las niñas, a veces entre niñas nos odiamos también. Por ello la tragedia y la belleza de una niña perdida que no acaba de encontrar su tribu o encontrarse a si misma pero que de alguna forma entiende el lenguaje de los dioses que intentan repetirle desde dentro quién es ella. Le cuesta escuchar, pero escucha y por eso siente tanto conflicto. Lo bien que se sentiría el suelo si de verdad estuviésemos destinadas a él.
La niña no sabe nada de si misma, pero he aqui la belleza, puede ser lo que ella quiera, a veces mejor ser invisible, ese estado de promesa en el que en cualquier momento puede convertirse en cualquier cosa que invertir la vida intentando romper moldes que otras pequeñas personas han construido a su alrededor.
La tierra de las niñas perdidas esta plagada de monstruos y aventuras que lo rompen a uno, pero he aqui la belleza y la tragedia, como un vitral de pequeños pedazos de batallas libradas.
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