miércoles, diciembre 14, 2016
El cómo sanar un animal herido es una de esas cosas que siempre han capturado mi interés. Es talvez el placer de ver reparado algo que estaba roto, construir un tesoro a partir de lo que alguien ya no quiere. Cuando era más jóven tenía aún más voluntad de rescatadora, hasta comprobar que los animales heridos son especialmente desconfiados y a veces muerden. Como la historia de aquella mujer que trabajaba en las fotocopias, hostil y grosera, me encantaba la franqueza de sus reacciones toscas. Me presentaba cada día preguntándole por las cosas que le gustaban, por su salud cuando estaba enferma y acordándome de su cumpleaños con un pequeño pastel. Un día note que sonreía cuando estábamos juntas y que al menos conmigo era amable. Sentía que a veces criaturas rotas sólo necesitaban un poco de atención y cariño. Termine la escuela y no la vi en mucho tiempo. Me entere después que un día dejo de ir a su trabajo y llevaba semanas encerrada en su de apartamento sin querer ver a nadie. Sentí mucha pena. Me imagine en un destino similar, toda mi infancia había sido advertida, nadie va a quererte. Y recordaba ese miedo de ser atropellada en la bicicleta o en los patines, abandonada en una cuneta, nadie se daría cuenta de mi ausencia, nadie me echaría de menos.
bubbled with her foamy bubbly mouth
ni_mini
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