domingo, enero 07, 2018

1.

Navidad
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Me gustaban las mañanas sobre todo, el árbol lleno de regalos. En la infancia era bonito el día anterior porque veía a mis primos y había juegos y expectativas y uno iva más o menos arreglado a la cena. Me gustaba ver a mis abuelos como árboles fuertes sosteniendo a toda la familia. Muchas risas gritos y bailes. Un programa de actividades a seguir ese día. Peleas también. Mi hermano y mi primo un año hicieron una película de plastilina sobre toda la familia. Nos moriamos de la risa de vernos retratados en esos personajes horribles y cómicos. Yo era un personaje súper plano, una niñita con sonrisa boba y una camiseta con un happyface jaja. Me da risa ahora. Siempre admiré su capacidad para crear cosas sorprendentes, su inteligencia y esa forma que tenía de abrazar y amar su forma de ser por más extraña que fuera. Me gustaba la seguridad raruna de mi hermano, su genialidad y su fuerza. Era quizá en momentos públicos como las navidades en familia o así donde la veía desplegarse en todos sus colores.
A parte de ello estaba la magia. El pensar que había un ser sobrenatural que solo ese día pensaba en concederte tus deseos. Era quizá el día en que uno es el jefe, aún más importante que el cumpleaños donde uno es manipulado, en navidad los niños son lo más importante.
De todas esas experiencias lo que más recuerdo es el tumbling, la mansión de los playmobil el horno de alacranes y criaturas, los mágic nursery... es un poco triste pensar en lo que se convirtió después para simplemente acabar desapareciendo, me imagino que es un poco la idea de que esos pilares robustos y la fuerza que sostiene a la familia simplemente se va desplazando y aparecen nuevos árboles y nuevos núcleos separados de lo que era.
La navidad se convirtió en un evento podrido en el que veía a mi mamá competir con sus hermanas y a mi papá convivir con un grupo de gente que no le caía bien. A ambos este evento les hacía muchísimo daño. A mi papá porque supongo que le recordaba que era un elemento incómodo y no requerido y a mi mamá porque despertaba su parte perfeccionista y competitiva más tóxica, le recordaba a su vez todos los fracasos dolorosos de su vida, parecía ser la navidad un recordatorio doloroso de todas las expectativas sobre su genialidad que simplemente se habían ido a la nada, en un pueblo de nadie, sin dinero y con un hombre al que nadie soporta y que es tan difícil de manejar. Me imagino la angustia que debería sentir al pensar que no estaba al mando de su vida, de ir en el asiento del copiloto. Así que entiendo el día siguiente, la verdad es que en la adolescencia le agarre casi una fobia a la navidad porque solo veía como se aproximaba esta avalancha de sentimientos negativos en mis padres y no sabía muy bien cómo ayudar, en realidad no se les podía ayudar. Mi mamá lloraba mucho después de estos eventos, siempre la percibí como un ser frágil y sensible. No me gustaba esto, quería que peleara más y que fuera más resistente en sus sentimientos y respecto a las críticas. También está fragilidad ahora siento que es parte de su encanto, una persona muy inocente e incorrupta, alguien que no se ha endurecido con el tiempo y siempre permanece abierta al dolor, creo que es una cualidad extraña.
Cuando me fui de casa la verdad es que sentí alegria de dejar las navidades atrás. Ya no era niña y ya no había magia para mi. La última que recuerdo fue cuando mi hermano estaba enojado conmigo y no me hablaba. Yo creo que nunca pude aceptar que ya no me quisiera, así que estaba por todos los medios intentando recuperar su cariño. Recorrí media ciudad hasta que encontramos al señor papa con el disfraz de Darth Vader relleno de señores papa storm trupers. Pensaba que era un regalo que le encantaría. El seguir con su indiferencia me causó gran decepción y en cierto sentido derrota de saber que no podría hacer nada para recuperar a mi mejor amigo de toda la vida.
Ahora la navidad para mi es pacífica y neutral. La invierto con mis amigos de cocoyoc o la gente que está sola aquí, son agradables porque cocinamos y hacemos juegos y es ligera y nadie se enoja o compite. Compartimos simplemente el tiempo mientras estamos lejos de nuestras familias. A veces le regalo cosas a luis, a veces no, me gusta esto, regalar porque ves algo que es perfecto y si no no pasa nada, nada es forzoso como debería ser la vida. Después de esa última navidad familiar trágica en la que nos desterraron de sus fiestas recuerdo que el ver las fotos juntos o las tarjetas con los nombres de cada integrante de la mesa me producía dolor, era una sensación extraña como que puedes borrar a alguien de la realidad simplemente quitando su nombre y su tarjeta de la mesa. Así me borro mi familia.

2. Objetos

Siempre pensé que era un Jedi. No exactamente un Jedi pero si sentía que en cierto sentido navegaba en el universo como parte de el y lo sentía fluir a través de mi y hacia mi tanto positiva como negativamente, me gustaba la idea de aceptar las cosas buenas y malas sin diferente sentimiento. Por ello siempre fue importante para mí juntar objetos que me permitieran dialogar más íntimamente con el cosmos. Quizá en mi adolescencia había aprendido simplemente a encontrar paz y sosiego en el sonido del viento acariciando las hojas del ficus, pero cuando era más pequeña buscaba respuestas por ejemplo en los libros de hechizos y en mi tarot osho, me gustaba leer la Palma de la mano, la numerologia e interpretar el pozo del café. Mi cuarto era una biblioteca paranormal infinita, quizá por ello era una especie de compendio interesante para las niñas de mi clase, a la vez atraídas a la vez avergonzadas porque a esa edad nadie se atreve a ser diferente. Perteneces a una secta escuche muchas veces. 

3. El primer día del colegio.
Me gustaba el primer día. La sensación de novedad y desconocimiento para mi siempre ha sido motivadora. Donde no hay nada se puede construir todo, me gustaba ver caras desconocidas e intentar construir historias sobre ellas. Por ejemplo el primer día que recuerdo fue en preprimaria, íbamos simplemente a ver que todos nuestros útiles estuvieran completos y después nos íbamos a casa. Ese día conocí a personas importantes. La miss Silvia, de esas mujeres gentiles, sensibles y ala vez duras que fue de las primeras mujeres a las que admiré por su fuerza y generosidad, era una mujer que era inevitable querer, cabello negro azabache y labios rojos carmín, la pir pálida como una perla. Conocí a Regina, una niña tan alegre y solar que resultaba bastante repelente, yo era noche y mientras en mi todo era silencio ella era una niña brillante y exterior. Me daba náusea su optimismo y el ritmo con el que bajaba las escaleras de piedra como dando saltitos. Conocí a Rafa que ha sido de las personas que más he querido en mi etapa de juventud temprana. Hombre niño primer amor que me había concedido un par de pistas sobre lo que me gustaría en el futuro. Alguien que me hiciera reír y que fuera mi mejor amigo, un par de ojos bonitos y simplicidad para salir a volar una cometa.

4. Cuando era pequeña yo tenía una imaginación exhuberante
Cuando era pequeña le tenía muchísimo miedo a mi papá y tenía constantes pesadillas de que el me perseguía estilo terminator o que era un duende malvado esperando castigarme.
Cuando era pequeña a veces sentía que mi vida era muy solitaria, siempre fui una niña muy melancólica.
Cuando era pequeña tenía el cabello largo y enredado, mi mamá renunció a intentar peinarme porque también me dolía mucho. Por ello en la escuela creían que era una especie de bruja y algunos niños me tenían miedo.
Cuando era pequeña aprendí a ser valiente a pesar de tener mucho miedo, y que uno debe de defender sus ideas aunque todo el mundo piense diferente
Cuando era pequeña tenía una idea muy ideal sobre el amor. Me asustaban los niños porque para mi eran criaturas bonitas y misteriosas que yo no entendía, pero me gustaba imaginar sus vidas y pasatiempos secretos.
Cuando era pequeña odiaba mi nombre porque pensaba que sonaba gangoso.
Cuando era pequeña me quede sin amigos muchas veces, pero ello me enseño lo que se siente empezar de cero y encontrar cierto placer en la novedad e incluso en la soledad. 
Cuando era pequeña me gustaban los deportes y era buena en ellos, especialmente los que requerían de reflejos y velocidad.
Cuando era pequeña descubrí el placer del dibujo, que aunque yo sentía que no es que fuera buena simplemente adoraba intentar plasmar las imágenes que veía en mi cabeza, siempre se trataba de narrar historias. 
Cuando era pequeña la miss mire me persiguió y acoso como una señora amargada y horrible, la odié y temí mucho 
Cuando era pequeña aprendí a refugiarme en mi imaginación y era tan rico y tan interesante que en realidad tuve que ir al psicólogo y que esté me sugiriera pasar más tiempo en el exterior.
Cuando era pequeña coleccionaba estampitas y álbumes irisados.
Cuando era pequeña adoraba e idolatraba a mi prima por encima de todas las mujeres, era una fascinación muy extraña.
Cuando era pequeña me costó mucho aprender a andar en bicicleta y lo logré gracias a la pasciencia y el amor de mi hermano que nunca perdió el interés. Intente aprender a patinar pero falle.
Cuando era pequeña los niños de clase detectaron que era diferente y disfrutaban haciéndome sufrir y provocándome. Me sentí muy aislada y sola en ese periodo.
Cuando era pequeña descubrí una fascinación por mi cuerpo desarrollándose y por vestirlo y expresar mi identidad a través de él 

5. Fotografías

Cecy en los volcanes
Los volcanes era un lugar sagrado en mi juventud. En los momentos de ira, en los momentos de soledad y tristeza volcanes era mi refugio, la amistad de Cecy era mi refugio también. Cuando miro esta foto escucho silencio, a veces el sonido del viento y el sol poniéndose anaranjado sobre los terrenos baldíos. Frío en invierno, pero siempre paz interior.

Colección de mi papá durmiendo
Mi papá se duerme en lugares públicos todo el tiempo, me gusta fotografiarlo cada vez que puedo. Para mi esta colección es una especie de exorcismo del demonio que solía representar en mi infancia. Veo a mi papá con ternura y con risa y esto me quita la fuerza y el poder tirano que yo le había concedido cuando era pequeña

Foto de mi prima como diablo y yo como rey mago
Me veía ridícula y horrible, pero disfrutaba mucho el tiempo en el que nos podíamos reunir y hacer actividades juntas, como tener una hermana con la que compartir cosas, de quién aprender. Disfraces e identidades, quizá todo el tiempo se trató de ello, imaginar y esperar.

Combo de fotos para el examen de la esmeralda.
Conseguí esa cámara para practicar composición. Adoraba esa cámara, adoraba capturar cada momento de aquel periodo. Salir a fotografiar los árboles, según yo haciendo fotos artísticas, fotografiarme cuando estaba fea cuando estaba falsa cuando estaba bella, pretender encontrar un instinto artístico en todos aquellos objetos, en las personas, La Luz y sobre todo los retratos. Me gustaba la idea de encontrar secretos o verdades en las caras de cada quien.

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