viernes, noviembre 24, 2017

Creo que sentía ese trabajo como si me hubiera desplazado a un planeta nuevo donde no conozco el idioma, el clima e incluso las especies de animales que en el habitan. Eme, que había sido quien me había pasado el contacto de repente resultó ser una persona súper seria, que paso de gustar del glitter y los unicornios a estilismos similares a Dinastía de los 80s, a no dejar que le tomasen fotos (no se porque) y a decir que la jornada de trabajo no es el patio de la escuela, cuando para mi había sido eso desde siempre y quizá esa parte lúdica era lo que alimentaba el corazón de mi trabajo, fingir ser burocráticos 11 horas al día para mi era un lento asesinato. 

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