sábado, febrero 01, 2014

Regresé con el dedo pequeño un poco sangrado, pero la sensación de frío dentro de los tacones dorados simplemente adormecía toda sensación.
Llamó diciendo un par de cosas de índigo y aun cuando había cierto pesar en su voz y sus argumentos eran perfectamente coherentes e incluso predecibles, era un poco como la sensación de bañarse en invierno sin calefacción.
Pensé que no me afectaría y confiaba de más en mi larga trayectoria en los fracasos pero me sorprendieron tupidas lágrimas al llegar a la esquina de mi casa. Vergonzosas lágrimas empapándome toda la cara, deseaba que nadie me encontrara en este estado lastimero, yo que puedo reirme de todas las cosas no podía reír de esta, conformándome con enterrar mi húmeda cara en su suéter morado. Me acarició la cabeza en un sincero abrazo de lo siento y comimos helado toda la tarde. Después encendí la computadora y comencé un estampado que decidí titular "Crying the Cosmos".
Al día siguiente me sentía como los protagonistas de Prision Brake pillados a mitad de la fuga y de vuelta en su prisión con el doble de pena y seguridad reforzada. No sabía qué deparaba Saturno para mi los siguientes meses pero me sentía herida y perdida como perro doméstico vagando por el bosque.

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