sábado, julio 17, 2010

"De la misma manera que hay quien ama secretamente los diluvios, los terremotos y los apagones, yo prefería ese algo recóndito que alguien del sexo opuesto emitía hacia mi. (...)
Quizá pueda compararse al aroma de un perfume. Talvez ni el mismo maestro perfumista que lo ha creado pueda explicar el porqué un aroma en concreto posee determinada fuerza y produce un efecto. Es difícil de analizar científicamente. Sin embargo, explicaciones aparte, algunas mezclas de aromas pueden atraer al sexo opuesto como el olor de los animales en celo. Talvez haya un aroma que atraiga a cincuenta personas de entre cien. Y quizás exista otro distinto que atraiga a las otras cincuenta. Sin embargo, también hay uno que hechiza solo a una persona o dos en este mundo. Es un aroma especial. Y yo era capaz de percibirlo claramente. Sabía que era letal. Podía distinguirlo a la perfección desde muy lejos. En esas ocasiones, yo quería acercarme a las mujeres que lo exalaban y decirles: -Lo he notado, ¿sabes? Quizá los demás no, pero yo si- "

Al sur de la frontera, al oeste del Sol

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