jueves, junio 17, 2010


Sentada en las banquitas de madera donde siempre me como mi helado cuando estoy triste, se me sentaron al lado tres personas de edad media y ancho trasero. Moviendo aparatosamente sus posaderas, terminé fuera de la banca... Un cuarentón de amarillo de la banca del costado me mira con sus cuatro ojos y me dice "puedes sentarte aqui" señalando su regazo... No sé exactamente qué es lo que les pasa a algunos hombres, que a veces llega una edad donde se les bota el tornillo y se transforman en estas extrañas y babeantes criaturas, los hombres de edad media que conozco me hacen sentir miedo del amor a largo plazo. Es difícil ser mujer en un planeta como este.
Cuando era mas jóven mi mamá estaba muy ocupada, primero perfeccionando su saque de tenis y después intentando sacar a la familia adelante, así que olvidó enseñarme muchas cosas. Mi mamá olvidó enseñarme a cocinar, a peinarme bien y en general toda esa parte oscura del sexo, recuerdo incluso un poco mejor la parte del cepillado de dientes. La educación es a veces una prisión muy peligrosa.

1 comentario:

BESSIE CERÓN dijo...

jajjaa

la mayor parte del tiempo te leo y no comento nada, pero aveces me identifico tanto con tus palabras que no puedo evitar darte las gracias por poner exactitud a mis recuerdos