martes, junio 22, 2010




Salió una telenovela adolescente llamada Agujetas de color de rosa. Se pusieron de moda los vestiditos cortos y los sombreros con un girasol gigante. Mi hermano y yo le confeccionamos uno al perro.
Donde vivíamos no llegaban modas, hacía pocos años que había a penas red telefónica. Las breves visitas al Garside eran lo más cerca de Milán que podía estar. Este ser, que siempre tenía o las pincitas, los peinados, el maquillaje y las mascadas y que desde chiquita doblaba sus calcetines en forma de donita. No existía nadie más cool que nosotras con nuestros conjuntitos iguales coqueteando por la playa.

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