martes, junio 08, 2010



Nos habíamos prometido que jamás creceríamos, que jamás seríamos adultos. Conservaríamos nuestros juegos, nuestra inocencia y nuestra juventud. Yo te hice grande, tú me hiciste más jóven. La lógica reclama caminar para adelante. Como Leni el primer día que salimos a caminar, intento frenarme con la fuerza de mis talones, rasgando la carne, rasgando casi el suelo. Caminar para adelante dicta la sentencia, caminar para adelante.

No quiero dejar ni mis juegos ni mis cuentos ni mi inocencia. Me da miedo crecer.

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