lunes, marzo 22, 2010


me he acostumbrado a vivir con mis celos como seguramente aprendió a vivir Julia con Pepita en sus años de vejéz, no con beneplácito ni alegría sino simplemente como una presencia inevitable.
yo a veces siento llegar a mis celos y más que cualquier sentimiento últimamente solo me dan hueva y así como ellas se echaban juntas en las sillas de la terraza a ver pasar el día, yo me siento con mis celos también a ver pasar las horas o los libros o las tareas.

1 comentario:

gabilalara dijo...

Pinches celos.
Lindísima comparación, bella bella y exacta.