lunes, octubre 13, 2008


había una epoca en que estaban de moda las pinzas con caritas felices y las mascadas amarradas al cuello, los labios se pintaban de café y todo era de un naquetón relajado, aún más relajado conforme transcurría la década y lentamente se alejaba de los ochentas.

se enseñaron muchas cosas, como que el estilo iracundo y furioso de alanis era identificable con todos esos alteregos adolescentes que igualmente idealmente buscas ser, como que el primer cigarro siempre marea un poco y que es igualmente pecaminoso que la primera tardeada o una camiseta muy ceñida.

me dejé llevar. muy. Llegué a portar altísimos tacones y cantidades industriales de maquillaje por el simple placer de poder hacerlo, la ropa era tan pegada que se podía distinguir facilmente cada hueso, cada gramo de grasa acumulado al calor de la cadera. Se cometieron muchos pecados en esos tiempos.

de repente esconde sus trabajos de mis ojos, y aquello que era un colorido abanico abierto, un jardín sin límites y desbordado por fragantes flores son solo puertas, pelonas puertas que se muestran simples y secas en este territorio que solía estar abierto para mi.

No hay comentarios.: