domingo, febrero 10, 2008

en el cuarto al que llevaba la escalera en caracol blanco en teoría no había nada. subíamos ahi en las vacaciones y le tirábamos huevos a los taxis o a los niños de al lado, cuando creíamos que las consecuencias serían inminentes nos cubríamos de ropa noventera y extraña y decíamos que en realidad todos eramos los gemelos buenos de los gemelos malos que habían sido los que les habían arrojado los huevos, y en nuestras cabezas esta era una razón suficientemente lógica para dejarnos ir.

1 comentario:

Naoki Araiza dijo...

jaja, que símpatica, hiciste que me acordara de esas fantasías que tenía sobre tener un gemelo... que cagado ya no me acordaba de eso...