miércoles, septiembre 06, 2006

Y el primer instante me pesa como una roca

Y en ese instante me senti tan desesperadamente sola que me gustaba imaginarme el espíritu de mi abuelo acompañándome desde el estudio silencioso como siempre que se me manifestaba en sueños. Recordaba todo aquello que tenía que hacer y mi miedo me abrazaba aún más profundamente, recordaba todo aquello que tenía que hacer y pensé que talvez tantas cosas en la cabeza serían la escapatoria indicada para no extrañarlo tan mortalmente e ignorar el hueco inmenso que ahora me dejaba su ausencia.
Siempre me asustó la hostilidad externa, mi papá siempre fue hostil y yo nunca supe como manejarlo con humor, lo manejaba con drama y así alguien siempre sale herido.
Esta vez prefería manejarlo con negación ya que el humor e incluso el sarcasmo andan tan escasos, prefería un apendejamiento largo y somnoliento que enfrentar la hostilidad con mi inmensa tristeza por tenerlo tan lejos.
Mi miedo se me coló por la ropa, pasó atravez de todos esos sueteres y se me aferró a los huesos, entonces decidí que escribir de mis miedos y mi tristeza igualmente no era tan bueno.
Y la mañana avanzaba y conforme el tiempo era más y más aplastante crecía mi ansiedad, y aunque después estamos en el restaurante agarrados de la mano y riendonos re bien, yo estrujo su mano y le pido que no me suelte nunca, la estrujo tanto que si no fuera tan debil pensaría que lo estoy lastimando. No me sueltes nunca, no me sueltes nunca. Se me va el aire, se me va... De esos momentos como cuando te dan un puñetazo en la boca del estómago así, así se me arranca y yo no puedo hablar, no puedo respirar, no puedo contener el llanto absurdo, lloriqueos de niña chiquita, me odio cuando esto pasa. Y sus manos se quedan del otro lado, el aire se me queda del otro lado y por más que le pongo play una y otra vez a Life is like a boat no consigo parar de llorar ni recuperar el aire. Porqué duele tanto?... Quién inventó un placer tan intenso que literalmente sin él no puedo respirar??... Y si este es el primer instante entonces me pregunto insistente si cada segundo será igual de pesado, igual de mortífero que este primer instante que él no esta a mi lado... Y duele duele... y yo que le tengo tanto miedo al dolor, ojalá que este miedo me paralizara, pero no me mata y no me paraliza, solo me deja ahi inutil ridícula, sin aire.

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