Hablar del regreso me sigue quebrando la voz, largos absesos de tristeza y episodios de miedo obsesivo e irracional. A las 9.45 hasta la tele dice cosas de ti. Pienso que talvez los miedos no son tan irracionales. La banquita del jardín ahora esta vacía y mi papá seguramente nostalgico. Descubrí un secreto que me puso triste y me dejó pensando, también pequeños lapsos de angustia. Ansiedad porque a veces la amistad es una cosa sumamente frágil.
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