lunes, junio 19, 2006

A un amor platónico

Una noche tuvo un sueño muy raro, donde se encontraba en una pequeña reunión y andaba con un hombre de su misma escuela.
Días después no dejaba de preguntarse la naturaleza de este sueño, pues el hombre aquel, 5 años mayor que ella no le atraía en lo más mínimo… A los 13 qué tipo de atracción puedes sentir?, de hecho cuando lo miraba le ponía de mal humor su petulancia, era el típico galancito de preparatoria que estaba consiente de su popularidad y relevancia en los asuntos sociales de la escuela.
Le sobresaltó el instante en que se dio cuenta que le gustaba mirarlo, y que era un momento del día que era determinante para el tono de humor que tendría el resto del día… No se dio cuenta en que momento, pero de repente tenía el ritual de sentarse todos los recreos en la misma banquita para verlo jugar fútbol, había averiguado su nombre, su cumpleaños e incluso su color favorito, Omar, 15 de mayo y azul.
Ale le debía un favor, que expiraría en próximas fechas y solo como un vago pensamiento dijo que le gustaría una foto de Omar.
Al dia siguiente Ale traía su cámara lista para pagar el favor. Furtivamente se acercaron a la cancha de fut y disparaban lo más discretas posible el condenado aparato.
Al final un amigo se dio cuenta y la foto la terminó tomando un amigo de Omar con el mismísimo Omar posando muy avergonzado con las manitas estrujando su playera y la pierna derecha sobre el balón.
-La quieres de cuerpo completo o solo cara.
No recordaba ni qué había contestado pero estaba segura que en aquel momento su cara sería como un jitomate gigante.
Después de aquel episodio Omar siempre le sonreía.

Descubrió que Omar estaba en el cuadro de honor y que tenía una de las mejores calificaciones de su grupo, a ella le avergonzaba su pésimo rendimiento y que nada en el mundo le interesaba demasiado.
A partir de entonces retomó los libros y se sintió más digna de su atención.
El día que Omar se graduó de la preparatoria fue un día bien triste para ella. Mamá sabía que el amor platónico de su pequeña se graduaba y quiso acompañarla en la graduación. Estaban las dos sentadas hasta arriba de las gradas entre cientos de alumnos y abajo, mirando de cara al público estaban los graduados.
-Creo que te esta mirando.
-No me esta mirando, porque habría de estarme mirando?.
-Solo hay una forma de averiguarlo.
Mamá alza la mano y hace un ademán de saludo junto con una gran sonrisa. Omar desde su asiento se ríe y le regresa el saludo. Avergonzada ella sonríe por dentro pues él la estaba mirando.
Le escribió una carta de despedida, donde colocó todo su corazón e intentó escribir lo más coherente y profundo posible, mientras escribía aquella carta se dio cuenta que amaba escribir, que le encantaba poner el corazón en esas letras… Desde entonces siempre escribiría cartas, a veces sin destinatario, libretas enteras.
Lloró mucho ese día, mientras lo abrazaba y decía cualquier cosa sentía una punzada intensa y filosa en el estómago. Lloró durante semanas, mamá a veces lloraba solo por hacerle compañía.

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