Fuiste mi primer dolor del corazón. El primer hombre que no me amó, el más importante. El que me enseñó como no me amarían todos los demás hombres, frío, incompleto y roto. Me inventé otro hombre, más similar a un hermano. Uno al final se identifica con la tabla de salvavidas, con el sol o el aire, con la jaula o el refugio.
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