Todos los días mira el lunar oscuro de su muñeca, de hecho es una persona llena de lunares oscuros en todo el cuerpo. Se rasca aquel y el del antebrazo. Se rasca tan fuerte que llega a arrancárselos. No más lunares en la muñeca, pero la vida esta llena de pequeñas señales que solo parecen poner en relieve su propia ridiculez, como el traje de baño blanco de olanes rosas que tenía una mariposita azul justo a la mitad del trasero y que la mamá disfrutaba tanto de verle puesto.
Un día horrorizada descubrió que tenía uno de esos ridículos lunares en la parte alta de muslo trasero, uno que nunca podría arrancar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario