oda a mi ingenuidad estúpida.
si si, rodaron las palabras que eran verdes cuentas de las que se te enredan en el cuello.
fuimos, disfrutamos y parecía como si tú no fueras tú y yo no fuera yo.
debajo de tu vestido hay un aguijón envenenado que me ha matado la sonrisa.
no me importa pues este gesto no era mío, era nuevo y no nací con él, te diría que puedes matarlo cuantas veces quieras, pero puede ser que tú sigas siendo tú y aunque yo sigo siendo yo tú y yo ya no somos "tú y yo" y por ende esta sonrisa ya no es ni un poco tuya, puedes matármela como el señor incómodo que no fue invitado pero ya no te la comparto, nada nada.
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