miércoles, febrero 09, 2011


Repentinamente aparecieron abiertas las llaves del agua de la tina y el radio solito se había encendido a todo volumen. Talvez a raíz de esta historia o algún hecho desconocido comencé a tener sueños con una mujer de mediana edad. Los sueños consistían siempre en estar en el interior de mi cuarto y mirar la puerta del baño abrirse. A veces aparecía esta mujer, a veces no podía ver nada pero sentía sus pasos o su propia respiración. A veces no era ella la que venía a mi cuarto, sino era yo la que iba a buscarla para expulsarla de la aparente residencia que era el cuarto de mi hermano para ella. A veces nos encontrábamos en ese espacio medio que era el baño, mientras me lavaba los dientes o me peinaba para ir a la escuela, con la guardia baja, entraba ella.
Al convertirse en sueños terroríficos cada vez más vívidos compartí la historia a la hora del desayuno para encontrar sorprendida a mi distraido papá fascinado por la idea de que en el piso de arriba de su casa habitase un fantasma. Me pidió que le describiera cada razgo que pudiera recordar de la mujer y si decía alguna cosa o pensaba que era alguien en concreto. Lo que le parece más extraño es que la casa la construyeron ellos y nadie había vivido antes ahi, pero le recuerdo que en la tierra del jardín alguna vez mientras enterrábamos a alguna de nuestras mascotas encontramos restos de vacijas y caritas aparentemente prehispánicas, le recuerdo que dicen que a Moctezuma I le gustaba bañarse en el manantial que está junto a la casa.

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