
Alguna vez en mis juventudes me preguntaba si era que ellos estuvieran como señalados por un dedo mágico que les infringiera su mala suerte. Alguna vez pasó un señor y le dijo que a era como el santo Job, siempre siendo probado por el cruel Señor y él siempre pasiente, siempre con una sonrisa. En ese momento tenía dos preguntas. Porqué el Señor se regodearía tanto haciendo sufrir a la persona que más le amaba y porqué mi papá sería comparado con esta persona tan castigada.
Llegué a la conclusión de que si existiese un dios este sería de signo escorpión cuya sed de venganza e ira me recordaban a f y que mi papá debía estar tocado por una estrella muy muy mala pues desde que le conocía e incluso antes de eso su vida había estado teñida de tragedia.
El primer año de la carrera en pintura I, entregué mi trabajo en 5 telas sin montar, hechas rollito. Las pegué en la pared y esperé que el profesor más mamón del departamento me dijera mi veredicto.
Esta muy bien tu trabajo, podría ser una matrícula de honor, sin embargo hoy vas a aprender algo. Me has traído tu trabajo mal cortado y sin montar, así que podías haber obtenido la matrícula de honor, pero no lo harás porque has sido floja y has sido tacaña con tu trabajo y después de que te califique vas a meter a estas pinturas que me gustan tanto dentro del armario. Así que no te la voy a poner para que recuerdes este día y nunca escatimes en algo que amas o que te gusta tanto.
Y en efecto, metí las telas en el armario, y en efecto, hasta la fecha recuerdo ese día.
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