domingo, noviembre 21, 2010


Tenía esta idea loca de cerrar círculos, todo absurdo círculo por pequeño que fuere.
Tú y yo habíamos acordado no enamorarnos nunca, pero aquella semana que me rechazaste insistente pero sin decir palabra, sentía que nos habías condenado a uno de esos círculos inmundos en los que tanto creía. Un día voy a regresar, el día que haya apagado mi llama a fuerza de madrazos, que haya apagado todo rastro de vida y te apastaré con la yema de mis dedos como el insignificante insecto que eres. Y tú te despedías, con el silbato que nos dieron para bailar, yo te odiaba y te quería.
Muchos años después cuando era la octava parte de ser vibrante que había sido alguna vez, regresé a tus tierras, me sorprendió el ingenuo pensamiento de que talvez todavía tendrías mi sueter morado. Nos vimos y te sorprendió un poco mi cara, la gente piensa que ha cambiado, yo no notaba nada. Me sorprendió también la poca sed de venganza que tenía vigente. Y solo nos miramos, te me acercaste y dijiste cualquier comentario al azar. No te aplasté con las yemas de mis dedos como el insignificante insecto que eres, ni siquiera me sentí conmovida, redimida o cualquier posible ida que antaño esperase. Te sentaste en tu mesa que casualmente era la mía e hiciste alguna broma sobre los cuidados de mi colesterol. Te fuiste temprano a dormir y pensé que eso de los círculos es una reverenda tontería.

1 comentario:

BESSIE CERÓN dijo...

antier cerré un circulo muy raro, vi a un antiguo amor que estuve esperando por meses y despues de besarnos le dije " ya no siento nada" y me eché a llorar, me miró con ternura y dijo, "bueno es mejor", las despedidas asi ya no son tan tristes y salio de mi departamento.