lunes, marzo 14, 2011


en todas partes se aprende algo.


dicen en mi curso para aprender a encontrar trabajo que a la hora de redactar un currículum pienses en cualquier mínima actividad que hayas realizado y la analices, que talvez estas pasando por alto alguna cosa que pudiera ser útil.
trabajar en resaturantes me pone un poco nerviosa porque no hay un tipo de gente y según mi experiencia es donde se meten los locos a molestar a la gente (porque es un lugar abierto) y es donde se meten también ladrones porque la gente esta demasiado distraida platicando y comiendo.
dicen que en la cafetería de mi amiga el humus es caro, nunca he hecho humus pero cuando hacía pasteles me dejaba el pellejo en cada pequeña pieza y me preguntaba cómo podía yo vender semejantes "criaturas" en 15 euros cuando me había esmerado el día entero en la perfecta incorporación de los materiales, en el perfecto horneado y en la perfecta conservación de la humedad de la criatura. me pregunto si la persona que hace el humus tendrá un proceso de producción tan emotivo como el mío o si simplemente se trata de otra cadena de comida industrial.
el día que se metió la mujer del tercer ojo en la cafetería y casualmente estaba yo en mi día de prueba (o algo asi), mi amiga reconoció cierto elemento extraño que no pudimos definir pero que simplemente la llenó de terror. cuando la mujer se fue, no quiso pagar el humus, dijo que nos daría 2 euros por toda la comida porque era lo que ella pensaba, era justo. me imaginé la divertida situación de ir por el mundo pagando lo que a uno le parece justo, como cuando te descargas música legal por la cual puedes pagar lo que tú quieras. si resumiera este año y medio que aparentemente profesionalmente no cuenta y tuviera que hacerlo equivalente a una actividad útil como dice mi curso del trabajo, diría que he aprendido a no sonreir. suena estúpido, pero cuando uno esta acostumbrado a reír siempre y tratar bien a la gente, nos conflictúan situaciones en las que es necesario ponerse duro y hacerse respetar, emitir cierto aire de autoridad. no sé cuánta autoridad tenga ahora en comparación a cuando empecé, pero al menos ese día la señora del tercer ojo no me dio miedo.

1 comentario:

gabilalara dijo...

Me encanta!! que dulce.