miércoles, septiembre 05, 2007


Y ya entrados en el tema de los bikinis, había una historia de aquellas épocas en que asistía alegremente a esas clínicas de belleza en que por un módico precio (especialmente esa época porque era septiembre y se hace descuento) había un paquete de un mes de masajes embellecedores que gustosa recibi de cumpleaños. Al final de aquellas seciones, la bella masajista me regaló una botellita con una especie de grasa que olía a calcetín sudado.
-Póntela en el área interior de los codos, detrás de las rodillas y en el cuello y vas a ver como tendrás a los hombres rendidos a tus pies.- Re convencida ella.
Y pues ya con el botecito en las manos y la tapita abierta, yo me preguntaba cómo era que aquel olor tan apestoso iba a mejorar milagrosamente mi vida amorosa.
El botecito estuvo en mi cabeza como todo lo que pasa por ahi, escasamente unos cinco minutos para después pasar a lo siguiente, el botecito se quedó olvidado en mi estuche de maquillage por largos meses.
Un día me fui a casa de Marian quesque ibamos a ir a una tardeada/kermesse y ese tipo de cosas propias de nuestra edad y pues como ese tipo de compromisos uno necesitaba ir muy embellecido, ahi llevaba yo mi botiquín de maquillaje.
Marian abrio el estuchito y me preguntó que qué era el botecito ese con olor a calcetines sudados. Y asi que feromonas quesque vuelven locos a los hombres. Y me preguntó su funcionaba y pues yo no sabía pero que no lo creía posible.
Pues total nos fuimos muy monas a la tardeada y regresamos medio noche, al día siguiente empaqué mis cosas y me regresé a mi pueblo.
Ya en mi casa al día siguiente en el rutinario enchinar de las pestañas noté que faltaba el botecito milagroso de los calcetines mágicos y pues sobres, que se lo roba Marián.
Quien sabe que tan milagroso le salio el botecito, pero la semana pasada en su hi5 había visto que se tomó una foto a las bubs, así descaradamente, con la etiquetita que decía quesque se había bronceado mucho.
Un montón de comentarios masculinos debajo de la foto que si estaba re buena la condenada y no se que, y así a la luz de la computadora me quedé pensando sobre los poderes desconocidos del olor a calcetines.

No hay comentarios.: