jueves, septiembre 21, 2006

los pininos en esto de escribir

Había pasado por la negligencia de un maestro de deportes, el niño había tenido convulsiones y finalmente había muerto. Su pueblo era un pueblo que no conocía la muerte tan de cerca, probablemente ningún habitante había muerto antes y sobre todo, ningún habitante tan jóven.
En la escuela donde los grupos eran de 16 personas, era un suceso sumamente difícil de olvidar y se sentía presente durante todo el día, de esas cosas que te aprietan el pecho o el estómago con una fuerza que casi casi ahoga, ahi estaba, y se sentía en una atmósfera espesa en todos los salones.
Tenía once años y escribí algo relativamente largo, la primera cosa con intensión de poema o al menos la primera cosa con intensión de estructura... Todavía tenía pequeñas rimas al final de cada renglón, pero lo que decía era bonito, no recuerdo exactamente que era pero ese mes lo publicaron en el periodico.
Algo de mi despertó entonces.

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