domingo, julio 02, 2006

La profunda admiración que le profeso a mi prima


Lunarsitos en un cuello Sánchez de la Barquera. Arriba de mi pecho tengo tres, cuando era pequeña pensaba que era una señal extraña que marcaba algo, me encantaban los números cabalísticos, me encantaba creer en el destino y en la magia, aún así jamás creí en dios. Ayer Gloria me platicaba de como era pasar a la cabeza de alguien más, sin saber ni como... Saber cosas de su vida sin hablar con la gente, saber lo que estan pensando. ¿Cómo se hace eso?, ¿de qué depende?... Visitar cabezas para mi es re agradable, me hace sentir tan cerca que casi casi se me ocurre que la soledad no existe.

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