miércoles, julio 05, 2006

Conmoción interna


Le llamé a mi mamá y le lloré mucho. Aunque sé que es lo que más le duele en el universo casi nunca tiene las palabras que probablemente ella quisiera tener para hacerme sentir mejor.
Sigo sin poder llorar demasiado, no me gusta porque creo que llorar es necesario para poder desahogarse, cuando no lloro me quedo con una sensación rara como si algo me estuviera estrujando por dentro.
No recuerdo ni siquiera qué preguntó. Y ya andaba con los ojos llenos de cristalitos de esos que empañan la vista, como una niña pequeña.
Tenía un espíritu justo como el de su mano, su mano que invita amable a bailar poquito.
Por dentro, estaba relleno de música, mucha música de los noventas y una risa que era chiquita y verde como el pasto, su risa de ensalada de lechuga :)
Me puso una canción y me dijo que escuchara atentamente la letra. Estoy re sorda.
La escuché, dentro se me derrama la letra, como se me derraman sus manos o se me tatúan sus ojos y algo dentro vibra conmocionado…
Ayer, descubrí que había olvidado literalmente porque el pasado dolía, y sonreí de oreja a oreja.

1 comentario:

Gran Fornicador dijo...

Es que a veces habemos gente con la clara e inminente necesidad de llorar, sin más.
(por lo general somos pocos, y nos agradamos entre nosotros).
Bonitas metáforas, frescas como una lola de madrugada.