sábado, junio 10, 2006

Te leía. Me cuesta mucho trabajo pensar en ti sin rencor. Me cuesta imaginarte sin tus arranques de venganza y ese instinto hiriente que te caracteriza siempre. Me cuesta decirle a mis organos que no segreguen sustancias raras cuando pienso en ti, me cuesta pedirle a mi enojo o a mi rabia que se marche cuando tú estas cerca, pero necesito estar en paz con mi rabia, había hecho un acuerdo con ella. En tu cuerpo cabe mucho rencor también, pero eso ya lo sabes, dentro de los sentimientos intensos que embargas, hay un placer enfermizo por el dolor ajeno, te encanta lastimar más que construir. Como lo inicial de tus esculturas, te gusta ser agresivo. F, que difícil eres de querer, tan egoísta, tan duro, tan autocompasivo… F, F, F… hubo una época que tu nombre envolvía un poder muy extraño, F. A veces siento que te odio, pero solo a veces… A veces siento que revivo por ti sentimientos muy muy feos… solo a veces. Me contengo, porque los sentimientos feos estan reservados para las personas verdaderamente poderosas de nuestra vida, tú en la mía ya no interpretas nada.

No hay comentarios.: